Una mueca apenas perceptible cruzó el rostro de Lennerman.
—¿Y bien? —insistí, picando con la tapa de la estilográfica sobre el folio.
—Señor Eldorf, creí haberle dejado claro que durante la entrevista no iba a responder a preguntas de índole personal.
Me había costado mucho conseguir aquella oportunidad y no podía desaprovecharla. El galán mostraba indicios de haber perdido la paciencia, remarcándome que debía actuar ya y lanzar el comodín que tenía bien guardado bajo la manga. Apreté los labios y abrí el portafolio que usaba para escribir.
—Pues eso es justo de lo que deseo hablar —dije, mientras sacaba una fotografía y la dejaba sobre la mesita de caoba que nos separaba.
Lennerman la observó y arqueó las cejas, sorprendido. Una copia de sí mismo y la mujer desnuda nos miraban indignados desde un lecho revuelto. A pesar de ser una instantánea mal tomada ella no perdía ni un ápice de belleza.
—¿Cómo la ha conseguido? —preguntó él, tajante.
—Tengo mis medios.
Una sonrisa lobuna cruzó sus facciones. No me gustó nada.
—¡Ya comprendo! —exclamó—. ¡Usted era el fotógrafo pervertido!
Intenté parecer impávido. Yo no era esa clase de hombres. Pero me había llegado un soplo y acudí, buscando una exclusiva que acabó siendo mucho más. Nunca imaginé que me toparía con la dolida viuda de Richard Hansen, el magnate del petróleo más rico de Estados Unidos, retozando en la cama con Lennerman, el gigoló. ¡Bam!
—Un millón de dólares —solté, serio.
—¿Perdón?
—Es el precio de mi silencio por no publicar la fotografía, tomada la misma tarde en la que Hansen fue enterrado.
Lennerman me estudió. Luego todo sucedió muy deprisa. Alguien, desde atrás, rodeó mi cuello con un tipo de cordón. Intenté forcejear en vano.
—Será que no, señor Eldorf —dijo el galán. Y entonces sonrió.
¡BAM! por Ramón Márquez Ruiz se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Me llamo Ramón Márquez Ruiz y soy escritor, diseñador gráfico e ilustrador. Bienvenidos a Novelesco. Si deseas saber más cosas sobre mi, clica abajo. Muchas gracias por leerme ; )
Hola, Ramón, nunca te había leído, pero me alegra haberlo hecho ahora.el relato está muy bien escrito y la tensión se palpa en cada palabra. El cazador cazado, o en este caso el listillo que, supongo, se llevaría un par de tortas y se lo pensaría a ça próxima, je, je, je.
Un saludo.
¡Hola Pepe! Me alegro de que te haya gustado el relato. Tienes toda la razón, jeje. Yo imagino al protagonista como un principiante del chantaje, aunque no sé si solo serán un par de tortas o algo muchísimo peor. Sé bienvenido a Novelesco, mi casa literaria te abre sus puertas de par en par. ¡Un saludo! ; )
Buenas noches Ramón.
Un corto con un final demoledor ¡Bam! Si es que tu prota narrador infravaloró al tal Lenerman 😉
Destaco de tu corto lo fácil que se me ha hecho visualizar algunos de los gestos, ej: «picar con la tapa del boli sobre el folio»
Un cordial saludo, Ramón.
¡Muchas gracias por comentar, Tara! Me alegra de que te haya gustado. El gesto de la estilográfica lo asocio mucho a películas antiguas, jeje, no sé por qué. Celebro que te pareciera un punto acertado. En cuanto al narrador, tienes toda la razón, jejeje. ¡Un abrazo! ; )
Hola Ramón, muy bueno tu relato. Y el final de película. Éxitos y bendiciones!
¡Muchas gracias por comentar, Mery! Me alegra que te haya gustado el relato. Novelesco te abre sus puertas de par en par, sé bienvenida a esta humilde casa literaria siempre que quieras. ¡Éxitos y bendiciones a ti también!
Hola, Ramón.
Como me alegra que hayas vuelto al blog, así no solo podremos leerte sino que disfrutaremos con ello. Yo lo hice hace poquito, un par de meses más o menos, así que nos encontramos en la misma situación.
Un relato en blanco y negro, maravillosa escena la que se ha creado en cuanto te iba leyendo. Muy, muy bueno, : )
Y el final, ¿se creía que podía ganar?
Un fuerte abrazo.
¡Hola Irene! ¡Muchas gracias por comentar y por los halagos! Me alegro de que tú también volvieras a las buenas costumbres. Yo he necesitado un respiro, uno muy largo. Pero poco a poco. Vuelve a esta casa siempre que quieras. ¡Un fuerte abrazo! ; )
Le salió mal la jugada al chantajeador.
Y es que cuando se trata de soltar pasta es preferible un asesinato que sale gratis.
mucho tiempo sin leerte y me alegro del reencuentro.
Un saludo.
¡Hola Francisco! Muchas gracias por el comentario. Has tenido una reflexión muy acertada con el relato, jeje. Yo también me alegro mucho de que volvamos a encontrarnos. ¡Un fuerte abrazo! ; )
Qué bien has dibujado la escena, Ramón, casi podía verlos y oírlos a la perfección. Una historia sórdida de chantaje, amores indebidos y asesinato, ¡no falta de nada! Y todo nos lo cuentas a través de un diálogo ágil y las acotaciones correspondientes, nada más. Me parece genial, ¡Eehorabuena!
Me alegro mucho de que te hayas decidido a participar en este reto del Tintero y espero verte mucho más a menudo por aquí :))
¡Un abrazo!
¡Hola Julia! ¡Muchas gracias por el comentario y los halagos! Me alegra de que te haya gustado. He estado muy desconectado de internet en general, pero he ido mirando el tintero de vez en cuando. Tranquila, es posible que nos encontremos mas veces en la casa de David. ¡Un fuerte abrazo!
¡Hola, Ramón! Me ha encantado ese tono narrador tan negro, y tan acorde con la historia. Frases directas, diálogos con esa chispa tan característica del género, visualización de la escena. Como dice el refrán quien roba a un ladrón cien años de perdón. En este caso, el chantajeador mordió más de lo que podía tragar. Excelente micro! Un abrazo!!
¡Muchas gracias por comentar y por el halago! Me alegro de que te haya gustado. Quería dibujar una escena en blanco y negro y creo que me ha salido bastante bien, jeje. ¡Un fuerte abrazo!
Hola, me ha gustado mucho, por la tensión palpable, la extorsión bajo amenaza, y el final de la rata, no le esta mal. Saludos.
¡Muchas gracias por comentar, Mª Carmen! Me alegro de que te haya gustado el relato. En cuanto a la rata, a mí el protagonista me parece más un intento de chantajeados frustrado, ya que Lennerman resulta ser otra rata mucho más grande y peligrosa. Vuelve a Novelesco siempre que quieras, mi casa literaria te abre sus puertas de par en par. ¡Un saludo!
Hola Ramón, Tu micro es bien explícito, a la vez que bien redactado, me pareció una secuencia de peli o una noticia del periódico. Dejas entrever que a veces, las cosas que parecen menos importantes, son las que realmente importan.
Muy bueno.
Me alegro de volver a leerte.
Un abrazo.
¡Hola Mila! Muchas gracias por el comentario y el halago. Me alegro de que te haya gustado y me tu reflexión me parece muy acertada. ¡Un fuerte abrazo! ; )
Aaaahhhh los amantes!! siempre dando de qué hablar! Interesante historia corta, que crea en la imaginación un desenlace drástico.
Un saludo, me alegro de haberte encontrado.
¡Muchas gracias por comentar, Carla! Me alegro de que fueras a parar a mi blog. Vuelve siempre que quieras, Novelesco te abre sus puertas de par en par. ¡Un saludo! ; )