RESEÑA: EL COLOR PÚRPURA
Hace unos días buscaba una novela sobre la que escribir mi primera reseña para estrenar el blog. Durante la visita a una familiar encontré El color púrpura en su biblioteca. Fue leer el título y sentir la imperiosa necesidad de cogerla para examinarla. Olía a libro viejo y sus páginas habían adquirido un tono amarillento, antiguo y mágico. Me llamó. Al mirar la contraportada vi un dato en la descripción que me llamó la atención, pues resulta que fue galardonada con el premio Publizer del 83, justo el año de mi nacimiento. Un hecho que me pareció anecdótico, sin darle muchas vueltas. Aunque pensé: “Ya lo tengo, por qué no. Será mi primera reseña”.
Nada más llegar a casa me enfrasqué en la deliciosa tarea de redescubrir la historia que tiempo atrás me causó tanto impacto. La verdadera, la que surgió de la mente de su escritora, Alice Walker. Y después de la diatriba que os he soltado, aceptad mis más sinceras disculpas y ahora sí. Esta es mi opinión sobre El color purpura.
Nota: Puede contener algún Spoiler
La novela narra la vida de dos hermanas de color, Celie y Nettie.
Celie es la voz protagonista en toda la narración. Se trata de una joven buena, que ya desde el inicio de la trama es víctima de malos tratos y abusos sexuales por parte de su presunto padre, que satisface con ella sus mezquinas necesidades. Embarazada dos veces durante su corta vida, Celie es testigo silencioso de como le roban a sus hijos, primero una niña y luego un niño. Cuando tiene catorce años —el principio de la narración— aparece un señor mayor, viudo y con críos que corteja a Nettie. El padre de las chicas se niega al matrimonio, ya que él también muestra un oscuro interés por su hija menor, a la que ve más fácil de casar por ser una muchacha bonita, y decide ofrecerle a Celie, cansado ya de abusar de ella.
“Es fea, decía él, pero sabe trabajar. Y es limpia. Además, Dios la ha arreglado. Ya puedes hacerle lo que quieras, que no tendrás que vestirlo ni darle de comer”.
Por suerte la vida de Celie comienza a cambiar el día en que Shug Avery, la amante de su esposo, va a vivir con ellos. Esta mujer fabulosa será una puerta de entrada que permitirá a la protagonista conocer las verdaderas emociones de la vida y evolucionar como ser humano, para alcanzar la felicidad que tanto desconoce y en el fondo desea, descubriendo emociones como el sentirse querida, arropada, escuchada…
Toda la novela está narrada por una Celie que le escribe cartas a Dios, ya que no tiene a nadie que la escuche de verdad, ni a quien enviárselas —señalo que desconoce cual ha sido el destino de su querida hermana—. Y lo hace a modo de diario, desde la más abrumadora y triste soledad que la embarga —nadie se toma el tiempo de escucharla, ni siquiera sus hijastros– . O las cartas que Nettie le escribe a Celie, sabiendo que Mr. hará cuanto le sea posible por cumplir su funesta promesa y tal vez ella no le responderá jamás. Y la trama transcurre en un periodo de tiempo que abarca treinta años, en los que se suceden personajes carismáticos y variopintos que dibujan una trama dura, tierna, llena de color y de dolor, pero también repleta de esperanza.
Una de las cosas que más me impactó de la historia es el convencimiento de Celie de que el extremo maltrato que recibe constantemente durante años y de manera interrumpida, es algo puramente NORMAL. Es lo único que conoce y lo acepta, convencida de que jamás podrá cambiar su vida. He de admitir que he llegado a sentirme ligeramente identificado con la protagonista, de una forma muy MUY superficial. Y sentí alivio cuando en un punto de la narración comienzan a aparecer personajes que van cambiando su manera de ver el mundo, haciéndola crecer como ser humano y demostrándole que es posible conseguir lo que se desea, que no hay nada establecido y que todos y cada uno de nosotros tenemos derecho a ser felices. Y lo mismo sucede con Nettie, la otra protagonista.
Como único punto “negativo”, son la falta de diálogos convencionales. Aunque para mi ese recurso le da autenticidad narrativa, y por ende he rodeado la palabra cursiva de comillas. Hay que recordar que la novela está explicada a través de cartas redactadas por Celie, una mujer de pocos recursos culturales. He conocido a gente que también la ha leído y opinaba de forma desfavorable sobre ese sistema de diálogos, alegando que no les acababa de cuajar, pero lo vuelvo a decir. A título personal me parece un acierto que sea ella misma quien explique a su manera las conversaciones que ha vivido. Al menos, yo sentía que me conectaba con el personaje de una manera muy cercana.
En definitiva, podría decir muchas cosas sobre El color purpura, pero siento que no he de explayarme más. Tal vez y sólo tal vez haya llegado el momento de dejaros decidir a vosotros, lectores. ¿Os llama la atención esta novela? Eso ya es cosa vuestra. Yo solo os puedo asegurar que la historia de Celie y Nettie os hará pensar/reflexionar —o al menos lo ha logrado en mi—. Es una lectura que recomiendo de forma infinita y que ha entrado directamente en mi Hall of Fame, en un puesto muy alto del podio. Ahora sacad vuestras propias conclusiones. Gracias por dedicarme unos minutos de atención! ; )
Me llamo Ramón Márquez Ruiz y soy escritor, diseñador gráfico e ilustrador. Bienvenidos a Novelesco. Si deseas saber más cosas sobre mi, clica abajo. Muchas gracias por leerme ; )