Daphne abandonó las dependencias familiares un poco abrumada con su hermanito.
Julien estaba más raro que de costumbre, algo que ya era decir. Pese a que la joven sentía auténtica devoción hacia él, aquella mañana le habían dado auténticas ganas de hacerle comer la maldita horquilla. ¿Qué diablos le había picado ahora con las cerraduras? Ella sabía que tras aquel cuerpecito se escondía una mente brillante, demasiado desarrollada para un crío de diez años. Pero encadenarla a la pata de la mesa para enseñarle, según él, la mágica doctrina del escapismo…
“Madre del amor hermoso, como si con el dragón no tuviera suficiente” reflexionó la bella doncella. Al llegar a los jardines de palacio se sentó en su banco favorito y soltó un prolongado suspiro, pensando en la pobre Carlota, que debía hallarse custodiada hasta el anochecer…
“Que horror, pobrecita” se dijo la muchacha, sintiendo un profundo escalofrío al imaginar el mástil rojo. Nunca se había llevado bien con la hija del canciller, por mucho que hubiera intentado acercarse a ella de forma amistosa.
—Dios mío —rogó Daphne al Señor, en voz alta y mirando al cielo—. Que venga un santo y acabe con la maldita bestia, atiende a los ruegos de esta buena gente que no deja de perder a sus hijos y a sus seres queridos. Haz que termine nuestro suplicio y ten piedad de la pobre Carlota…
Una figura escondida tras los arbustos no perdía detalle de lo que hacía la joven, deletiándose con su rezo exquisito.
—Oh mi amada, tu ingenuidad es como un rayo de sol —susurró el príncipe esbozando una sonrisa terrible—. Pero no habrá piedad ni para la malvada Carlota, ni para nadie…
—Daphne de Valeris —leyó el rey ante los expectantes asistentes del sorteo.
Al oír ese nombre el príncipe le arrebató el boleto de las manos, claramente indignado.
—¡Eso es imposible! —exclamó furioso, comenzando una encarnizada disputa.
Los duques abrazaron a su hija bien fuerte y ésta rompió a llorar desconsolada, buscando a su hermanito para apretarlo contra ellos.
—¡Oh Julien! —se lamentó—. ¡Dime que siempre me recordarás!
El niño le dedicó una extraviada mirada y salió corriendo, rompiéndole el corazón. Cuando apareció la guardia y la escoltó hacia la primera parada de su destino, de la doncella solo quedaba una sombra de profunda tristeza. Y una vez reunida con las hermanas y despojada de su bonitos ropajes, cerró los ojos pretendiendo hablar con el creador. “Oh, Dios bendito” le rogó mientras la lavaban a consciencia. “Si he de ser pasto del dragón, permítelo. ¡Pero mañana manda a un caballero a mi pueblo, para que ponga fin a este tormento!”
Pronto, las manos hábiles realizaron el moño y el blanco velo cubrió su cabeza. Entonces las monjas iniciaron los rezos por mera formalidad, dispuestas a limpiar un alma que ya sabían impoluta.
Tañeron las campanas de la catedral, indicando a la joven que se oficiaba la misa por ella. Después pasaron las horas a una velocidad atroz; llegó el temido anochecer y fue escoltada hacia el mástil rojo. Una vez encadenada los guardias prendieron el círculo de hogueras y la abandonaron al amparo de la bestia, dándose una sucesión de minutos angustiosos.
Daphne se revolvió inquieta mil veces, hasta que terminó estudiando la cerradura de sus grilletes con suma atención. Había poca y titilante luz, no obstante… “Oh Dios mío” pensó, al reparar en su enorme parecido con la que había usado Julien el día anterior. “Pretendía enseñarme la mágica doctrina del escapismo” recordó. Y como caída del cielo le vino una revelación milagrosa, pues su moño debía quedar firmemente sujeto por alguna horquilla…
Especial Sant Jordi: Leyendas 11 por Ramón Márquez Ruiz se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Me llamo Ramón Márquez Ruiz y soy escritor, diseñador gráfico e ilustrador. Bienvenidos a Novelesco. Si deseas saber más cosas sobre mi, clica abajo. Muchas gracias por leerme ; )
Ohhhh genial continuación. Me estoy haciendo adicta a estas leyendas. Espero que la historia continúe.
Me han encantado.
Un besillo.
Muchas gracias por comentar María! Me alegro que te esté gustando la semana especial del blog. Un abrazo! ; )