RELATO 19. LA CAJA

Mason sentía la tensión en cada músculo de su cuerpo, mientras observaba en la pantalla las constantes de la caja. No sucedía nada.

—Esto es inhumano —dijo rompiendo el silencio de la sala.

—No sea estúpido —le recriminó el Dr. Salieri—. Los voluntarios del experimento se prestaron a ello, a cambio de una suculenta paga…

—Estoy de acuerdo con usted, Dr. Mason. Ni un millón de Dólares me parece suficiente para exponerse a una muerte así —añadió Clark, uno de los becarios—. Ahora mismo el equipo puede estar muerto, o sufriendo una agonía indescriptible…

—¡¿QUIEREN DEJAR DE DECIR SANDECES?! —exclamó Salieri—. ¡Hablamos de un millón de dólares! La historia requiere sacrificios…

—¡Escuche! —lo interrumpió Mason—. Una cosa es experimentar con un gato. Y otra el exponer a un grupo de hombres sanos a una radiación mortal…

En ese momento las luces rojas parpadearon en la pantalla, al compás de las alarmas. Algo había sucedido dentro de la caja.

—¡MALDITA SEA! —exclamó Mason—. ¡Ábranla, por Dios!

—¡Ni lo sueñe, Mason! ¡Si observamos el interior esto no habrá servido para nada…! ¡Ahora hemos creado dos realidades paralelas…!

Una presencia que lo había visto todo volvió a saltar…

RELATO 20. BATALLA

Kathara abrió los ojos y quedó cegada por una intensa luz.

“¿Donde estoy?” se preguntó, mientras iba recuperando la visión. Pasados unos minutos ya era capaz de discernir con claridad todo cuanto la rodeaba, descubriendo que se hallaba perdida en medio de una blanca inmensidad…

—Has llegado muy lejos —se oyó una voz.

—¡¿Quién eres?!

En ese momento algo fue surgiendo frente a ella… Una cabeza con cuatro ojos rasgados brotó desde donde supuestamente debía de hallarse el suelo y siguió ascendiendo, su cuerpo humanoide iba ataviado con una túnica estampada con motivos geométricos de colores.

Kathara lo miró con el corazón encogido, más al descubrir que en vez de piernas, poseía tentáculos en constante movimiento, compuestos por una extraña niebla repleta de letras y números danzantes…

—Soy el primer guardián —respondió el ente.

La muchacha retrocedió un paso. “Maldita sea, un Hologram”. Aún no se sentía preparada, había aprendido muchas cosas pero su viaje no había hecho más que comenzar… “No permitiré que me detengan, jamás” pensó. Su pueblo la necesitaba, dependían del éxito de su misión para sobrevivir…

—He venido a destruirte, heralda humana.

La joven sintió miedo, tembló… y de repente cayó en algo interesante… se miró las manos… aquel cuerpo no era real, ni siquiera el desconcertante lugar en el que se hallaban. Su viaje de conocimiento no era físico, no se realizaba con el cuerpo, sino con el alma…

Entonces recordó cada porción fractal de sí misma que había visitado a través de todas y cada una de las realidades paralelas que componían el universo…

—No… No puedes hacerme daño —dijo, insegura.

Su adversario soltó una aterradora carcajada y avanzó hacia ella.

—Insignificante cucaracha. Voy a destrozarte…

La chica retrocedió otro paso, titubeante. Debía ser fuerte, tenía que hacerlo costara lo que costara…

HASTA LA PRÓXIMA, VIAJEROS FRACTALES…

VOLVEREMOS A VERNOS, EN EL VOLUMEN 2

Me llamo Ramón Márquez Ruiz y soy escritor, diseñador gráfico e ilustrador. Bienvenidos a Novelesco. Si deseas saber más cosas sobre mi, clica abajo. Muchas gracias por leerme ; )

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