RELATO 5. SUPERACIÓN

Habían transcurrido diez años desde que él se marchara a Estados Unidos, algo que lo había salvado de acabar en un campo de concentración, tal y como sucediera con sus progenitores.

Harry sintió un profundo desasosiego mientras paseaba la mirada por la estancia vacía. Percibía el silencio en cada partícula de polvo que lo cubría todo como una manta, hiriéndole los oídos y el alma con su ausencia de melodías y de vida… Se quitó el sombrero en un gesto solemne y cerró los ojos, recordado a sus padres tocando el piano. Necesitaba hablar, pues algo le decía que ellos lo oirían desde el cielo…

—Por fin lo he conseguido, papá y mamá —dijo, con la voz quebrada por la emoción—.He vuelto a casa.

El caballero lloró. La guerra había terminado, brindándole la oportunidad de regresar como un hombre acaudalado, así que había decidido arreglar aquella morada e instalarse con su familia para llenar de vida y melodías de piano cada rincón.

—Fuisteis los mejores padres y me salvasteis al obligarme a marchar. Antes vivía ofuscado y no lo veía, pero ahora sí…

Una presencia que lo había visto todo volvió a saltar…

RELATO 6. NINFA

Ernesto el granjero salió al campo para hacer sus necesidades, antes de almorzar. Mientras tanto Catalina le preparaba el desayuno anhelante, rezando a los Dioses para que aquella jornada hubiera alegría marital. Hacía unas semanas que su esposo no la tocaba y se sentía desconcertada, pues deseaba quedar encinta.

—De hoy no pasa —se animó ella, dejando la botella de vino sobre la mesa junto a las hogazas de pan. Se sirvió un vasito y la dejó destapada, ignorando que una presencia diminuta la espiaba…

“Ha llegado el momento” pensó la ninfa, saliendo de su escondite y volcando el contenido de un frasquito en el vino. Aquella señora era muy buena persona y no merecía a un marido tan desconsiderado e infiel. Y si quería un niño, lo engendraría aquel mismo día.

“Ocho horas de ramita dura serán un buen castigo” reflexionó. Luego sacó una cerbatana y apuntó con ella a la paciente señora…

—¡Ay! —exclamó la mujer, llevándose una mano al cuello— ¡Maldito mosquito!

Había caído media botella cuando Ernesto escuchó que Catalina lo llamaba y la miró, viendo que cerraba la puerta y se tragaba la llave…

Una presencia que lo había visto todo volvió a saltar…

Me llamo Ramón Márquez Ruiz y soy escritor, diseñador gráfico e ilustrador. Bienvenidos a Novelesco. Si deseas saber más cosas sobre mi, clica abajo. Muchas gracias por leerme ; )

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