RELATO 3
Bridget miró al doctor Wellington intentando mantener la concentración. Los medicamentos le habían dejado la mente tan turbia, que incluso a pesar de llevar puesta la camisa de fuerza, se sentía flotar.
—Dígame señorita Burroughs… ¿Cómo se encuentra hoy?
—Jodida —respondió ella.
El psiquiatra arqueó una ceja y se ajustó las lentes.
—Esos no son los modales de una dama —le reprochó—. Suerte que yo tengo la medicina para todos tus males… —añadió, mientras se acomodaba junto a la mujer y le colocaba una de sus velludas manos sobre la rodilla.
Bridget cerró los ojos… Por desgracia, la prenda que le inmovilizaba los brazos no hacía lo mismo con sus piernas… Notó como él se sumergía bajo el camisón, la caricia en la vagina… Al menos la medicación lo convertía todo en un sueño extraño, nublando las penalidades que le había tocaba vivir…
Y recordó a la criatura que la atacó aquella noche, portando la cabeza de su prometido entre las zarpas… Ni siquiera sabía cómo había logrado escapar. Lástima que no hubiera conseguido hacer lo mismo de los doctores que la tildaron de loca y la encerraron en aquel psiquiátrico, poniéndola a merced de un violador…
RELATO 4
La espada señaló a su oponente, lista para atacar en cualquier momento.
—¡No me rendiré jamás, malnacido! —gritó la guerrera, adquiriendo una pose más firme.
El hombre la contempló con sorna a través de las rendijas del casco. “Vaya con la putita” pensó. “Tiene cojones, sí señor…”
—Voy a darte otra oportunidad, princesita. ¡Ríndete y conservarás la vida!
Ella entornó los ojos, analizando a su adversario. Éste iba acorazado por una armadura pesada que lo convertía en un tanque. Y su imponente martillo de guerra parecía mortal de necesidad…
—¡Yo no soy una princesa! —exclamó—. ¡Y va a rendirse tu madre!
Entonces la chica saltó sobre él, soltado un potente espadazo que el paladín apenas logró detener…
—¡Eso es trampa! —gritó Arnau. Al levantarse de la silla empujó un poco la mesa y las fichas se agitaron sobre el tablero.
José se había saltado su turno, tirando un dado que además, le había propiciado una clara ventaja…
—¡De trampas nada! —se defendió su amigo—. ¡Hace dos rondas te salió la carta de la maldición de Isthar!
—Es cierto —añadió otro de sus compañeros de partida.
El chico refunfuñó y volvió a sentarse. Luego tiró el dado y…
Leyendas 2 por Ramón Márquez Ruiz se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Me llamo Ramón Márquez Ruiz y soy escritor, diseñador gráfico e ilustrador. Bienvenidos a Novelesco. Si deseas saber más cosas sobre mi, clica abajo. Muchas gracias por leerme ; )
El primer microrrelato es una realidad detestable, existiera o no aquella criatura que decapitó a su marido, esté loca o no, el verdadero monstruo de la función es, sin duda, ese mal llamado doctor que, en realidad, es un violador que abusa de su poder con sus féminas pacientes, aterrador.
El segundo es divertido, la puesta en escena principal y el desvelado juego de rol que se está llevando a cabo.
Dos micro leyendas estupendas.
Abrazo, Ramón.
Muchas gracias por comentar, Edgar! Tienes toda la razón, el monstruo del primer relato es el doctor, y no la criatura que asesinó al prometido de la chica. En ocasiones no hace falta buscar fuera para descubrir que el ser humano puede llegar a ser atroz, jeje. Esa era la idea del relato, pues a mi también me parece mas aterrador el médico que el bicho en sí. Y me alegra que te haya gustado la segunda historia. Un abrazo y pásate por aquí cuando quieras!; )