Novelesco presenta «VALLEY «, un relato breve escrito para EL EXTRAORDINARIO OESTE, un concurso de Cowboys de EL CÍRCULO DE ESCRITORES. Espero que os guste ; )
Creí oír un disparo lejano cuando me abrochaba el pantalón. Cerré un momento los ojos y me volví, contemplando que varios remolinos de heno y arena se desplazaban libremente por la desértica calle, como si fueran los únicos transeúntes de la pequeña ciudad.
A pesar de gozar de más de seiscientos habitantes, aquella mañana en Valley reinaba un silencio absoluto, roto por el escalofriante aullar del viento. No sabía decir cuánto tiempo llevaba esperando frente a la enorme escultura de la plaza mayor. El sol brillaba incandescente sobre mí, pero era extraño, ya no sentía molestia alguna, ni siquiera percibía la agobiante sensación de la camisa pegándose sobre mi piel sudada. “Maldito Jacobson” pensé, dándome cuenta de que me embargaban unas increíbles ganas de volver a casa, junto a mi esposa y mis hijos. Aquel forajido había ido diciendo en los pueblos vecinos que se dejaría caer por Valley a las ocho para matar a su flamante sheriff, un tipo de dos metros y fama de justiciero bien reconocida.
El caso es que ahí seguía esperándolo yo, en jarras, pulcramente vestido pese al calor que debiera ser insoportable y con la insignia bien limpia y brillante, colocada sobre la levita. Ya de mal humor saqué el reloj del bolsillo del chaleco.
“Qué raro” pensé, al ver las agujas detenidas a las ocho en punto de la mañana. “Pero si funcionaba cuando llegué a menos cinco” me dije después. Y era obvio que llevaba esperando a Jacobson unas horas, aunque la ciudad parecía no haberse despertado… “A la tarde lo llevaré a un buen relojero” dilucidé, guardándolo de nuevo. Por instinto puse una mano en mi revólver, bien preparado en el cinturón.
“¿Es que no piensa salir nadie?” reflexioné un rato después. Me resultaba extraña la ausencia de vida en Saloon’s Street, normalmente llena de bullicio. Los remolinos de aire y heno seguían siendo mis únicos acompañantes, algo que me exasperaba. Comenzó a picarme la nuca y me rasqué sobre el cuello de la camisa, molesto por todo. De repente me invadió una extraña desazón interior, había algo a mí alrededor que no me cuadraba; la luz lo iluminaba todo de una forma singular, lograba que los edificios presentaran un aspecto deteriorado y dejado, abandonado. “He de hablar seriamente con el alcalde, esto es muy impresentable”.
Seguí escrutando mi entorno, lleno de extrañeza. La nuca me picaba cada vez más, por lo que supuse que me había quemado. Entonces, aburrido, busqué la micción que había metido unas horas antes en una esquina del podio; orinar en la vía pública era impropio de un hombre como yo, pero me había visto obligado por necesidad. Y como era de suponer, no quedaba ni rastro del charquito, aunque vi algo que… “¿Cuándo la han cambiado?”. Alcé la mirada, descubriendo que la figura de nuestro alcalde había sido suplantada por la gastada efigie de un hombre cuyo rostro me resultaba familiar. Olvidé a Jacobson y me acerqué para verla mejor… sentí un pánico repentino, me temblaron las piernas… ¡ERA YO! ¡ME REPRESENTABA A Mí!
—¿¡CÓMO ES POSIBLE!? —exclamé, viendo que había una gastada placa de aspecto oxidado en el centro de la base. Con el corazón encogido distinguí una maltrecha inscripción… la leí con voz temblorosa…
—En… en honor a Brandon Stevensson, nuestro amado sheriff, ca… caído a traición a manos del forajido Jacobson. Su amada familia y Valley hemos perdido el corazón de este lugar, te añoraremos por siempre jamás.
Y fue en ese instante aterrador cuando comprendí el motivo de mi larga espera. Tanto yo como mi ciudad éramos fantasmas…
Este relato es un homenaje a otro de los grandes autores del terror, Ambrose Bierce, por desgracia descubierto recientemente. Ahora sé de dónde han podido inspirarse una multitud de guionistas de cine, jeje. Y me ha encantado tanto su obra que no he podido resistir la tentación de crear mi propia Carcosa, aunque desplazándola en el tiempo para situarla en el lejano Oeste. Espero que os haya gustado, pese a no poder compararme con Bierce. Tal vez, y sólo tal vez, nos volvamos a encontrar en otra ocasión. O no… ; )
VALLEY por Ramón Márquez Ruiz se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Me llamo Ramón Márquez Ruiz y soy escritor, diseñador gráfico e ilustrador. Bienvenidos a Novelesco. Si deseas saber más cosas sobre mi, clica abajo. Muchas gracias por leerme ; )
0 comentarios